Cada cabello tuyo era una figura muda
proporcional a otras tierras
que levantó un ruido galopante
en tus labios de plata
delicados
que desato en poco
en cada beso
intentando en silencio
que como hojas,
goteen delicados horizontes
en tu mano
y en tu mano mi mejilla
y tu labios en mi boca,
y en mi boca arde un manto de alegría
y una semilla del firmamento
y la grosura de tus mares
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